jueves, 12 de mayo de 2016

Empezando en Diabetes y Deporte

Esta tarde he tenido la oportunidad de participar en una sesión educativa especial. Aprovechando un periodo de prácticas del Master de Educación en Diabetes que estoy realizando, nos hemos reunido con una decena de jóvenes con diabetes tipo 1. La mayoría de ellos con un diagnóstico reciente de diabetes, incluso algunos inferior a un mes.
En ese momento inicial se suelen plantear algunas dudas como:
- ¿Podré seguir haciendo ejercicio?
- ¿Es posible mantener la glucemia estable durante el ejercicio?
- ¿Qué hago con la insulina? ¿Tomo más hidratos de carbono?

Es difícil dar respuestas a cada una de estas preguntas, pues existe una respuesta diferente para cada caso. 

En primer lugar, me gusta explicar que a pesar de que a veces el ejercicio supone alguna molestia como hacer alguna glucemia capilar extra o tener que tomar hidratos de carbono cuando no apetece para evitar una hipoglucemia. Además, no siempre se consigue dominar los niveles de glucemia después del ejercicio. A veces la glucemia sube, a veces baja... Pero por encima de todo ello, el ejercicio tiene un papel fundamental: las personas que hacen ejercicio tienen una mejor calidad de vida, también si se tiene diabetes. Conviene no olvidarlo, los efectos beneficiosos del ejercicio físico son superiores a las dificultades que a veces supone.

Los que han pasado por esta situación saben que hacer ejercicio puede desequilibrar el control de la glucemia. Es normal, se trata de otro elemento a tener en cuenta en el difícil equilibrio de la glucemia. No solamente se trata de insulina e hidratos de carbono sino que se añade el ejercicio, con todas sus variables como:
- tipo de ejercicio
- intensidad
- duración
- frecuencia
- hora del día
- ...

¿Cómo se puede controlar todo esto?
De igual forma que se controla la alimentación contando los hidratos de carbono se puede controlar el ejercicio físico. Se empieza por sesiones cortas, de por ejemplo 30 minutos. Preferentemente a la misma hora del día. Se anota la glucemia previa y la posterior al ejercicio, así como la cantidad de hidratos de carbono que se han tomado antes o durante el ejercicio o si se han reducido dosis de insulina.
Este diario es fundamental. Nos sirve para valorar el ejercicio realizado y la respuesta del organismo a esa actividad. Una vez se logra controlar ese ejercicio se puede cambiar, probando con otros ejercicio o aumentando la duración o la intensidad.

Poco a poco, con paciencia y con mucha observación se consigue controlar el ejercicio, sin olvidar que en la diabetes 2 + 2 nunca son 4...


Para más información sobre diabetes y ejercicio podéis consultar mi libro en este mismo blog.